Inseguridad, madre de las ridiculeces...

Todos quienes tenemos el orgullo de llamarnos ecuatorianos, sabemos que en estos días es imposible confiarse demasiado, en todos los aspectos. Confiar en la gente de acá es bueno, claro, sin embargo confiar en todos es, sin lugar a dudas, un grave y rotundo error. Es por eso que uno debe aprender a tratar con todos sin dejar ver que es una presa fácil para aquellos que no piensan más que en aprovecharse de la buena voluntad de uno, o por último, de su ingenuidad.

Por todo lo explicado anteriormente, es de esperarse que la gente que vive en este país desarrolle con gran facilidad y, como no, con bastante ingenio; mecanismos de defensa que obliguen a quienes los rodean a tomárselos un poco más en serio. No obstante, como podemos constatar, las medidas que se toman terminan cayendo en lo ridículo (cuando no), una y otra vez. A la vez, la inseguridad que se ha generado por culpa de la delincuencia que azota al país en estos momentos, ha provocado que cada persona/cliente que entre en un negocio, se transforme automáticamente en un criminal potencial (inserte aquí su chiste racista favorito, que nosotros no lo vamos ha hacer ^_^U).

Así, las situaciones en las que se pone en tela de duda la coherencia y seriedad con la que las personas se toman el tema de la seguridad, terminan en más de una vez, provocando risa antes que otra cosa; y dejando en evidencia además, que los extranjeros (Chinos en el caso que vamos a mostrar a continuación), ignoran de lo que es capás un "sapo" ecuatoriano.

Aquí ponemos tres ejemplos claros a su disposición: a) Un vendedor de la Universidad de Cuenca, b) Un bote de basura en un local hacia el centro de la ciudad, y c) Un cartel hecho a mano (esta vez no "made in Ecuador") por los dueños de un comercio chino en Yunguilla.
A su criterio queda cualquier cosa. Traeremos más casos, de eso estén seguros.

"Y el que se quedó a cargo solo acepta efectivo"

"Medida contra los ladrones de basura"

"Si tiene algo de valor, le juro que es mía..."

Hay que tener coraje, hay que tener coraje.